Además de disfrutar de la naturaleza, la Comarca de Albarracín ofrece la posibilidad de múltiples y variados recorridos culturales. Visita obligada resulta Albarracín (web), Monumento Nacional desde 1.961, donde orografía y arquitectura se conjugan dando como resultado uno de los pueblos más bonitos de España. Rodeado de su muralla medieval y ejemplarmente conservado su extraordinario casco antiguo, cuenta además con numerosos museos e iglesias, así como su castillo musulmán, desde el que se divisan unas panorámicas bellísimas. Muy cerca encontramos el Paisaje Protegido de los Pinares del Rodeno, zona de indiscutible valor paisajístico derivado de la combinación de los afloramientos de rocas de arenisca roja y los bosques de pino, sabina o carrasca. A la espectacularidad del paisaje hay que unir la presencia de abrigos de arte rupestre Levantino que forman parte de las Pinturas Rupestres del Arco Mediterráneo español, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1.998.

Una tradición y un trabajo tan arraigado en la comarca como la trashumancia, tiene un referente obligado en el Museo de la Trashumancia de Guadalaviar. En él se explica de manera didáctica y partiendo de los usos, costumbres y útiles pastoriles, la importancia que desde antiguo ha tenido esta actividad en estas tierras.

Aunque por poco, fuera de los límites comarcales, bien merece la pena acercarse hasta el castillo de Peracense. Encaramado en lo más alto de unos peñascos de arenisca rojiza, su ubicación lo hacía prácticamente inaccesible. En su día pieza clave en la conservación de las fronteras entre Aragón y Castilla y hoy un extraordinario mirador.

En Teruel capital (web) encontraremos la mejor muestra de arte mudejar de la península, destacando sus bellas torres, hoy visitables, y el extraordinario artesonado de la catedral. Cuenta además con una destacada presencia de edificios modernistas y el famoso Mausoleo de los Amantes de Teruel (web), ubicado junto a la iglesia de San Pedro, una de las más bonitas de la Ciudad. En los últimos años Teruel, con el parque temático Dinópolis (web) dedicado a los dinosaurios, es también destino obligado para los aficionados a la paleontología.

Y si de naturaleza se trata, podemos ir de los miradores y cerros (El Tremedal, San Ginés, Muela de San Juan,...) a los valles y barrancos, donde los múltiples ríos y riachuelos nos ofrecen parajes de tranquila belleza, como el nacimiento del río Tajo, o de súbita virulencia, como las cascadas de San Pedro, en El Vallecillo, o de Calomarde. Es, pues, un perfecto compendio de naturaleza, paisaje y riqueza patrimonial ofrecido al visitante para su relajo y descanso.